Download Madrid; una apuesta de alto riesgo

 

El Download Festival ha aterrizado en la península y, como suele decirse en el argot futbolístico, ´los ha puesto´ . No viene con cartas del coyote, viene con billetes de verdad.

Tras el anuncio estelar de parte de su cartel; me paro, inspiro lentamente y analizo su propuesta, teniendo en cuenta que, seguramente, es un fiel reflejo de cómo se encuentra la industria musical en estos momentos.

 

CABEZAS DE CARTEL

Llama la atención sobremanera que las dos figuras representativas sean dos dinosaurios del Rock.

Unos, los Guns, que tras pasar su particular travesía por el desierto, han vuelto con una producción gigantesca y con el mensaje de que rememorar los buenos viejos tiempos es siempre motivo de celebración.

Los otros, Ozzy, aparecen como continuación a la interminable gira de despedida de Black Sabbath (unos de los más grandes de la historia), y con un personaje que, tras ser objeto de mofa por sus escarceos con los realitys televisivos y divorcios sonados, quiere continuar los pasos de su amigo Lemmy y pertenecer por siempre al mundo del espectáculo.

La misma estrategia de poner en el escaparate a los antiguos del lugar es la de otros festivales como el Resu o el RockFest. Se ve que los estudios de mercado así lo recomiendan.

 

SEGUNDOS PLATOS

La pregunta que mucha gente se hace de qué va a pasar cuándo ya no estén las Leyendas, queda resuelta en la siguiente línea del Rooster.

Ahí aparece Avenged Sevenfold, llamados a copar las listas de éxitos de las próximas décadas, pero incapaces todavía de tener la pegada de los grandes…¿serían eficaces por ellos mismos en la acción de llenar el ´Wanda Metropolitano´ como pretende hacer Iron Maiden?

Lo mismo se podría comentar de Volbeat, una formación en estado de gracia, que partiendo desde tierras escandinavas, está intentando hacer llegar su sonido a todo el planeta. Pero… ¿alguien me podría citar el título de su último álbum?

 

• Así esta la industria. Existen múltiples tonalidades. Son tiempos de Micro-Nichos.

 

ZONA MEDIA

A mi juicio, es aquí dónde se refleja con más claridad el estado actual del panorama musical. Muchos grupos de diverso pelaje, que comprenden diferentes estilos y épocas.

Tenemos capital humano para las nuevas y viejas generaciones representados por géneros como el Metalcore (Bullet for my Valentine, Parkway Drive), Hardcore melódico mainstream (Pennywise, Rise Against), Metal de sabor añejo (Kreator, Exhorder), Rock (Backiard Babies,) y formaciones de difícil encasillamiento que están editando grandes discos últimamente (Baroness, Clutch, In This Moment, Creeper…).

Además, para dejar finalmente una buena sensación en el paladar, se incorporan bandas que podríamos llamar de culto como son los casos de Thrice, L7 y A Perfect Cicle, poco dadas a pisar estas tierras.

 

CONCLUSIÓN

Así esta la industria. Existen múltiples tonalidades. Son tiempos de Micro-Nichos.

Por ejemplo, en una ciudad como Barcelona es difícil observar el cartel de no hay billetes en las salas de alto aforo, pero en cierta manera, es fácil catar en el mismo fin de semana una oferta de cuatro y cinco bolos diferentes repartidos por ateneos, centros auto-gestinados o bares acondicionados.

A mí, personalmente, me gusta más esta forma. Existe pluralidad y nadie monopoliza el discurso. Pero claro, esto no es ya el negocio que solía ser. Como inversor puedes destinar un gran capital pero nadie te garantiza que los beneficios estén asegurados. Es una operación de alto riesgo. Y ya se sabe, ese hecho es inversamente proporcional a las ganas de apostar de los que tienen la panoja.

Por eso, hay que aplaudir a los promotores que se la juegan en estas condiciones de juego.

A priori, el Download Madrid tiene la mejor apuesta. Cuenta con ventajas competitivas y rendimientos de escala. Además, diversificación en la oferta como replican los manuales.

La pelota está en el tejado de los escuchantes. Si la afluencia a los eventos de este verano es positiva, se demostrará que hay masa, aunque muy atomizada. Si no es así, sólo quedará la guerra de trincheras.