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´VIVA THE UNDERDOGS´, el documental sobre los de Byron Bay ya está disponible en plataformas de streaming (previo pago). Antes fue estrenado en varias salas de cine de todo el mundo.


Él éxito. Sí. Esa palabra tan relativa. Para unos puede significar una cosa, para otros otra. Pero para los componentes de PARKWAY DRIVE solo tiene un significado; el estar en lo más alto de los carteles de los festivales.



El documental se presenta como un camino hacia una meta; WACKEN 2019. Se muestra a una banda con un recorrido desde abajo, desde el underground y que ahora juega en grandes ligas.

Por momentos quiere parecerse a ´Some kind of Monster´ de Metallica, en el sentido de que eñala las ´comeduras de olla´ de Winston McCall, las reuniones tensas en sofás sobre los pasos a seguir en el futuro, las malas vibraciones tras un mal show,…en definitiva, la realidad del día a día.



No profundiza, no quiere ir más allá, pero deslumbra que el llegar a lo más alto tiene consecuencias. Y es que se ve a una formación quemada por instantes cuya ambición les hace vivir en una continua ansiedad, que necesita volver a re-conectar con sus raíces australianas para entender el porqué de tantos sacrificios, que se auto-exige más allá de lo que le piden,…

Pero que, gracias a su equipo, (su tour-manager es un cachondo y su jefe de producción un fan convertido a MacGyver), y sobre todo, a su amistad, consiguen superar todas las barreras.


Sorprende también ver los roles de cada uno, y ver que quien lleva la manija es el guitarrista Luke Kilpatrick. Básicamente él es el gerente de la empresa, el que le dice a Winston cuantos segundos debe de posar en el escenario antes de lanzar el cocktel molotov,…

Por su parte Jeff Ling y Ben Gordon parecen dos colegas de infancia que no han dejado de jugar en el patio del recreo. Y Jia O´Connor se muestra en un segundo plano sin voz ni voto, pero que encaja en el conjunto como pez en el agua.



Como anécdota resaltar que su show en el RESURRECTION FEST tuvo bastantes problemas. Varios son los comentarios sobre la lejanía y el tiempo que se demora en llegar a Galicia. Además, fallos técnicos con las explosiones, con el aceite, con el robo de su ropa en los camerinos,… salen a la luz para luego sentenciar que es el público más pasional del mundo. Un honor del que debemos estar orgullosos.

También merece la pena como se enfoca el mundo de los festivales. La competición por ser el cabeza de cartel, por desterrar del trono a las viejas leyendas y el afán de los promotores por encontrar nuevos reyes.


De película. Pasar de tocar en la sala Estraperlo a congregar a multitudes por todo el planeta. Esa es la historia de PARKWAY DRIVE.


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