La industria musical tenía una fecha marcada en rojo en el calendario: octubre. Si uno escucha a los principales actores de la misma (artistas, promotores, medios…) unos meses atrás, todos apuntaban a este otoño como el posible reinicio del sistema.
Opinión: el fútbol marca la pauta en cuanto a lo que desescalada se refiere. Cuando desde el comité de competición se anunció que la totalidad del porcentaje del aforo de cada estadio se podría ocupar, más de uno pensó en el efecto dominó que esta decisión tendría en otros sectores.
Uno de ellos, el de la música en vivo, castigado sin igual desde los comienzos de la pandemia, vio como sus sueños parecían, por fin, volverse realidad. Sin embargo, no todo es oro lo que reluce, y aunque ya las salas y festivales comienzan a programar numerosas giras, los problemas estructurales siguen escondidos debajo de la alfombra. Sí, el estatuto del artista o la consideración de la cultura como un bien básico son peticiones a las que nuestros políticos parecen no querer atender.
Mientras tanto, en esta nueva guerra de guerrillas y en clara situación de desventaja, la gente de ALOUD y diferentes combos catalanes organizaron sendos eventos musicales en la ciudad de Barcelona.
VIERNES EN PARÈNTESI:
En un paraje espectacular como es el ´Castell de Montjuïc´, pudimos disfrutar de las sensaciones olvidadas de estar de pie mirando el escenario mientras diferentes grupos tocan sus canciones. Algo tan básico como eso que nos tenían secuestrado desde hace mucho tiempo. Sin entrar en temas científicos y sanitarios, decir que parece mentira que el simple hecho de no estar sentado se haya penalizado tanto desde las administraciones.
Y por ello, tiene más mérito aún la edición de este año del Amfest. Vale, rebautizado como Parèntesi, pero que sigue teniendo el mismo cuidado del detalle que su hermano mayor. Uno se siente cómodo. Se siente cuidado. Y eso es mucho decir.
En el apartado artístico destacar en la jornada del viernes la personalidad de Bala. En mi caso, ya la quinta vez que las puedo ver en directo, pero cada vez más grandes en el escenario. Más profesionalidad, más madurez sobre las tablas pero la misma actitud contestataria de siempre.
Muchos de los asistentes nos vinimos arriba y quisimos vivir la sensación de estar en el 2019. Pronto la organización puso cartas en el asunto para controlar la situación y no se volviese a repetir la situación en el siguiente bolo. Pero como se suele decir, que nos quiten lo bailado.
Sobre Vulk e It It Anita decir que superaron mis expectativas. Y creo que esa es la gran virtud del conglomerado Aloud. Sabes que te darán música de calidad aun desconociendo a lo que te vas a enfrentar. Es como ir a un restaurante de confianza y pedir platos nuevos sabiendo que van a acertar con los sabores y texturas.
Solo añadir que ya tenemos ganas de volver a vivir un nuevo Amfest. Por cierto, ya se han anunciado a combos como Cult of Luna o Pallbearer.
SÁBADO EN LA SALA BÓVEDA:
El sábado, al igual que otros muchos, decidí acudir al evento que se iba a celebrar en una de las salas míticas que aun quedan en la ciudad. Allí, tocarían SecondBest, The Wax y Gambardella. Tres representantes de la escena underground con diferentes propuestas pero con las mismas ganas de vivir la pasión de eso que los británicos llaman ´live´.
Secondbest sorprendió con un formato trío a diferencia de sus EP´s de estudio. Luis dio la cara en todo momento, y amenizó el concierto con múltiples comentarios que buscaron la complicidad del respetable. Sin duda, una formación en progresión y con mucho recorrido. Seguro que en el futuro nos dan más de una alegría.
The Wax es esa clase de banda que lo tiene todo para triunfar: un frontman carismático con una espectacular voz, un guitarrista que se crea su propia película en cada bolo, y un batería que por momentos recuerda a Travis en sus gestos y golpes duros. Además estrenaban nuevo compañero en el bajo, que disfrutó como un niño con zapatos nuevos de su nuevo trabajo. No sé, hay claves en la industria que no acabo de entender para que los de Navarcles no suban un peldaño más en popularidad y se conviertan en nuestros Refused locales. Eso sí, no parecen cesar en su empeño de seguir en la carretera. Y yo que me alegro.
Gambardella me dejó a cuadros. Reconozco que no los había escuchado nunca y me esperaba un sonido stoner sludge a lo Malämmar (la otra formación de Víctor). Pero de repente me vi sumergido en una especie de jam rock psicodélica jazzera. Algo muy experimental que me hizo tener el culo pegado al asiento durante un buen ratejo.
Análisis: si esto es el pistoletazo de salida a la nueva normalidad lo iremos viendo con el tiempo. El caso es que durante este pasado fin de semana, he vuelto a vivir experiencias pasadas. Hemos vuelto.
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