¿Por qué en el Resu los cabezas son Kiss?

 

Hace años fui con mis amigos al cine a ver la película ´Cero en Conducta´. El filme narraba las peripecias de unos adolescentes para ir al concierto en el 78 de su banda favorita ; Kiss.

Casi cuarenta años después, dicho grupo aparece en los titulares de prensa al copar el listado de formaciones que dejarán su sello en el Resu.

 

Sin embargo, las redes, siempre tan espontáneas y ácidas, clamaron contra esta decisión al considerarla como de ´casposa´.

¿Qué ha pasado para que, cuarenta años después, Kiss sean aporreados por la juventud cuándo antes eran su símbolo de rebeldía?

 

• NO hay Música en la TV

 

El Reggae-tón (no olvidar sus raíces Reggae) y el Trap son el nuevo maná. Y lo digo desde la perspectiva de uno que pilla el transporte público cada día. Allí, sea en el metro o en el bus, rara vez se ven chavales con los cascos escupiendo sonidos grotescos propios del Punk o del Metal, … lo que ahora suena son sólo los ritmos manidos de emisoras tales como ´los cuarenta´. Monopolio.

 

En mi adolescencia, canales como la MTV o revistas como la RockSound o la Kerrang, compartían protagonismo con la radio-fórmula. En la tele veías a Fernán Disco hablando de discos de Blur, Primal Scream o Korn. Por no recordar a Tocatta u otros programas de los ochenta. NO hay Música en la TV.

 

La juventud ya no considera al Rock un sinónimo de lucha contra lo establecido.

Bien sea porque los medios mainstream lo han borrado de sus emisiones, o bien porque el propio Rock no ha tenido la destreza de renovarse y llamar la atención.

Quizá el segundo de los motivos es el que más debe preocupar. Si el género no transmite su mensaje, está condenado a ser residual. Y oye, eso no tiene porqué ser malo. ¿Acaso no nació en los barrios marginales?.

 

Y mientras tanto, lo grandes festivales (el Resu lo es) recurren a las viejas glorias; aquellos que en otras décadas no venían a la península porque no interesaba con la peseta, aquellos que con tan sólo pronunciar su nombre provocaban un escalofrío. Aquellos que son capaces de colgar el cartel de no hay billetes.