Rubén ha dejado la vergüenza en casa y se ha lanzado a pecho descubierto con una propuesta íntima. Fuera del ruido al que nos acostumbra dar en La Inquisición, BELCHITE nos proporciona pausa, reflexión y revolución.
-BELCHITE es un proyecto personal en el que sigues cantando en castellano. ¿Has valorado la opción de cantar en otro idioma?.
Como bien dices, BELCHITE es un proyecto personal, y como tal, lo he pensado en castellano. También, piensa que ya el cambio lo hicimos con La Inquisición. Antes en Secret Army era en inglés. Pero para mí, es más fácil expresarme así.
Considero que algo que está en otro idioma no te llega tanto. La intencionalidad, no sé. Creo que es más sincero si cantas en tu idioma. Cuando lo haces en otra lengua hay una parte de interpretación. Por ejemplo, si lo hicieras en inglés, estás influido por mucha música que te ha influido a ti, y quieras que no, aunque no lo pretendas, hay una parte que se aleja de la sinceridad que quieres reflejar.
El castellano es más sincero, más difícil. No deja de ser sincerarte, y quizá haya cosas que te da vergüenza admitir, pero cantando de esta manera no hay parapetos que te protejan. Así que no tienes otra que dejar la vergüenza a un lado.
-Musicalmente, eres voz, guitarras, ¿Y algo más?
Pues hay bajo también. Básicamente quería hacerlo lo más básico posible. Tenía pensado meter algo de cuerda, pero de momento en este trabajo que saldrá en verano, quería dejar espacio para luego ir metiendo más cosas.
-¿Eres tú todos los instrumentos?
Sí. Todo. Claro, no sé tocar el violín. Total, que cuando haga más cosas, me gustaría añadir más sonidos. No me cierro en banda a nada.
-He visto que ya tienes fechas planeadas para tocar en directo en diferentes puntos de la península.
Realmente Belchite es un proyecto que nace de la necesidad de querer tocar en directo. Con La Inquisición ahora por la pandemia pues no podemos tocar. Y claro, pensé en este formato para tocar con gente sentada.
-Ahora que lo comentas, cuando os vi el show en streaming que hicisteis para presentar el nuevo álbum, te noté muy crítico con ese formato. ¿Puede ser?
No estoy a gusto. ¿Quién realmente va a estar a gusto? En el Punk la frontera entre músicos y público en un concierto no tiene que existir. Y ahora eso es imposible. Para mí lo que mola del Punk es huir de esas estructuras rockeras de ´ey nena, estoy aquí encima del escenario´. Esto es una piña de gente que estamos en la misma sintonía. La sinergia que se crea en un ´streaming´ es fría. Realmente es un sucedáneo. Lo que pasa es que con un grupo tienes que hacer cosas. Sobre todo quieres tocar. Y ahora es una situación complicada.
Y es que en la música a parte de las buenas canciones, hay una cosa fundamental; el relato
-¿En tus conciertos con Belchite serás tú solo?.
En principio soy yo sólo. Quizá añada alguna sorpresa, pero ya se desvelará en su momento. Yo, mi guitarra y mis canciones. Tengo un show preparado de unos treinta y cinco minutos. Como Gary Cooper, solo ante el peligro.
El Punk es adaptarse. Y por eso creo que BELCHITE es un proyecto que nace de un espíritu totalmente Punk ¿No podemos hacer lo de siempre? Pues hagamos otra cosa.
-Estoy totalmente de acuerdo. Quizá una de las cosas que no me gustan del Punk es que, a veces, noto que hay ciertos patrones que parece que haya seguir sí o sí.
Pues sí, no deja de ser una especie de círculo cerrado. Dónde formar parte de un cliché. A mí eso no me interesa. Me aburre. Debemos huir de la pureza de los términos. Me decía un colega el otro día que mucha gente de nuestra edad que escucha hardcore lo que quiere es pertenecer a una historia. No le interesa la música. Y puede que sea así.
-Una frase que da para mucha reflexión.
A veces es evidente. La normatividad, por suerte, existe poco en este ámbito, pero sigue habiendo gente que sigue abrazando los clichés y abrazando una especie de idealización de cómo deberían ser las cosas. Al final todo se resume en si algo mola o no mola. Puede haber una película de la segunda guerra mundial muy mala que no te guste nada, aun siendo tú un apasionado de ese período de la historia. Y es que en la música a parte de las buenas canciones, hay una cosa fundamental; el relato. En qué basas tu propuesta, en que la envuelves. Una buena historia es siempre una buena historia. Da igual si para contarla utilizas Pop, rock o metal, creo que hay que huir de los normativismos.
-Ya entrando en las letras, quería que me dieses tu opinión sobre la frase ´la nuestra es una guerra espiritual´.
Bueno, ni yo mismo lo sé. Creo mucho en el mundo invisible, en los espíritus, en general en todo lo que no se ve. Vivimos absorbidos por ideologías artificiales que interactúan con el mundo físico, y realmente puede que el cambio de las cosas esté más en un cambio espiritual en cada uno de nosotros. Que tú cambies. No pretender que el entorno cambie. Es una movida muy personal. No hay que tomarse al pie de la letra lo de es una guerra, pero sí que pienso que uno debe empezar por cambiarse a sí mismo, si lo que quiere es que las cosas cambien a su alrededor. Tengo una especie de rechazo al mundo físico actual, que está condicionado por un mundo etéreo y falso que te obliga a un “ahora” extenuante. A veces es difícil distinguir la realidad de la simulación. Todo este rollo de las redes sociales. Vivimos absorbidos por pantallas. Hay cosas muy artificiales. La aceptación a través de las redes, estoy en guerra contra todo eso.
-Tenía pensado preguntarte por el tema de la tecnología.
No tengo animadversión por ella. Pero sí ante el abuso de ella. Creo que es importante ir al bosque, a la naturaleza, retomar esa conexión primigenia, algunos vivimos absorbidos por la ciudad y por los aparatos. El concepto de guerra espiritual es también por el cambio de paradigma. Todo esto de las apps, los putos móviles, los ordenadores nos alejan de lo que somos, de nuestras raíces primitivas. Tenemos que buscar la conexión con la naturaleza y con los espíritus. Olvidarnos de la inmediatez digital y buscar lo natural. En el fondo me siento como un esclavo de este mundo moderno. Vivo en una lucha constante. Primero, porque formo parte de todo esto… claro y después porque es difícil encontrar el balance entre libertad y comodidad, pero ese conflicto interno creo que es necesario.
-Ya para finalizar me gustaría saber tu opinión sobre la frase de que ´el Trap es el nuevo Punk´.
No lo compro. El trap igual era el nuevo PUNK o algo fresco en su día cuando Cecilio G y otros chavales hacían vídeos en YouTube que nadie veía. Esto del Trap como concepto para mí no deja de ser una evolución del rap. Es evidente que hay medios que lo quieren vender como la nueva “música rebelde”, pero, yo que sé, creo que esto va más dirigido a “gente mayor que quiere seguir molando” que a los chavales que escuchan música actual, del tipo que sea
-¿Crees que la gente joven puede escucharlo como símbolo de rebeldía?
Pues no. Creo que eso de que escuchas música como acto de rebeldía no es del todo real. Lo escuchan porque les gusta. Siempre va a existir eso de que si a mi padre le gusta el Atleti pues a mí el Real Madrid. Los hijos siempre queremos matar al padre. Las nuevas generaciones hacen avanzar al mundo y es una energía necesaria. Pero no creo que un tío de mi edad que escuchase a los Ramones lo hiciera por ser rebelde, no lo creo. En la industria musical siempre se inventan estas cosas. Términos… Ese relato al que hacía referencia antes… A Rosalía había que venderla como “una nueva innovadora del flamenco” y ahora como “la nueva estrella rutilante de la música urbana”, C Tangana de “rapero culto que era estudiante de filosofía y un tío listo” a “exponente máximo del pop elegante en castellano actual”. Paso de todo eso.
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