*entrevista* Fer Lamattina ´pensé que la pandemia iba a generar una escena en la clandestinidad´

Charlamos con FER LAMATTINA, argentino de nacimiento y afincado en Madrid desde hace décadas. Guitarrista, vocalista, periodista musical (Diytopia), parte integrante del sello Pundonor Records, entre otras facetas. Es decir, poseedor de una visión multidisciplinar del mundo artístico.

–¿Qué te aporta como músico el tener la perspectiva 360?

Lo primero de todo es que no me gusta denominarme periodista musical. Respeto a otros que sí lo son y dedican su tiempo de forma increíble a ello. A mí lo que me pasa realmente es que vivo con una constante nostalgia. No he podido vivir en la época que me hubiera gustado vivir, que es en los comienzos de los 80´s. Soy un enamorado de ese pasado. LLevo más de veinte años tocando instrumentos, y siempre he querido volver a vivir esa década. No solo es hacer música, sino también hacer escena. Por ello, surgen proyectos paralelos. Diytopia, por ejemplo tiene el propósito de ser un colectivo. Ayudar, cohesionar…

-Me siento identificado con tus palabras. ¿Con qué parte de los 80 te identificas?

Pues con la del nacimiento del Hardcore Punk americano. El concepto de que una canción envie un mensaje, el concepto del fanzine… Una cosa que me disgusta de ahora es que no veo bandas de chavales. Me hace pensar que quizá seamos la última generación de todo esto.

-No tienes la sensación de que a veces esto consiste en ´predicar en el desierto´.

No sé si has leído alguna de las reseñas que he hecho en el blog de Diytopia, pero en ellas intento plasmar las emociones que me transmite una obra. Me gusta mucho masticarlas y les dedico horas. Y a veces pienso, lo vamos a compartir y no lo va a leer nadie. Pero luego saco fuerzas y pienso que si esa review es capaz de alegrar a la banda sobre la que escribo, pues ya merece la pena el esfuerzo. Viva Belgrado me dijo que le había gustado mucho lo que había escrito sobre ellos. Y eso me alegró una barbaridad.

-Compro eso que que dices, sí. Eso mola. Por otra parte, y volviendo al hilo de lo que comentas de la juventud. A nuestra generación nos marcó el Nu Metal. A mí particularmente me gustaba mucho Limp Bizkit, por ejemplo. Y a veces pienso en lo que me gustaría que ahora hubiese un boom como aquel. Sobre todo para enganchar a la gente joven a los sonidos de guitarras.

Eso sigue pasando. Pero no coincide con sonidos distorsionados. No coincide con lo que nos gusta. Pero piensa en el Trap. Arrastra a mucha peña y es algo similar a lo que fue el Nu Metal. Es la misma mecánica.

-Sí. Yo conecté con el Trap a raíz de Travis Barker y me dejó alucinado la cantidad de visualizaciones que tienen artistas como Machine Gun Kelly o YungBlud. Te doy la razón.

Sí. Pero yo reconozco que estoy lejos ya de todo eso. Me centro en lo local. Mi tiempo se lo dedico a las formaciones cercanas. Es más, otro de mis proyectos es Pundonor Records junto con Luigi y Víctor, y apostamos fuerte por dar espacio a lo local.

Cuando te hablo de la nostalgia de pertenecer, hubo un momento en el que me fascinó el hecho de estar en más cosas a parte de ser solo músico. Pundonor es una excusa para estar presente.

-Para mí, esa es la más difícil. Desde fuera se ve un trabajo muy sacrificado. Lo veo un acto de fe, sinceramente.

Si tú pones en el debe y en el haber y te paras a pensar en lo que te ha costado el estudio, el local de ensayo, el material para tener al día tus instrumentos, la mezcla … tendrías que vender el disco como a setenta pavos para solo recuperar la inversión inicial.

Entonces, los precios de los discos están estipulados por las grandes discográficas que lanzan numerosas tiradas desde siempre. Es decir, una persona ve como caro el que un vinilo valga veinte euros, porque tiene en su cabeza lo que está marcado por la industria en su política de gran escala. Entonces, tú no puedes irte mucho más allá de esos precios ya establecidos en el subconsciente de la gente. Pero claro, al final si tú lo que quieres es que tu edición sea rentable, sabiendo que en el mejor de los casos vas a vender trescientos LP´s, tendrías que subir mucho el PVP o sino vender muchas unidades. En cualquier caso, la rentabilidad no es ningún tipo de motivación para nosotros.

-Entonces, una de las funciones del sello es amortiguar el golpe que se llevaría la banda si edita sola.

Nosotros lo que decimos es que todo esto son caprichos culturales. Es llevar a lo físico la obra de arte de gente que crees que lo merece. Es decir, inmortalizar en un plástico para todo melómano. Y en aquellas propuestas, en las que nosotros estamos de acuerdo y en las que sentimos que sería un orgullo enorme el aparecer en su carpeta, pues apostamos.

-Suena a amor romántico.

Exactamente.

-Es pensar ´Sé que esto no me va a generar ningún beneficio económico pero aún así, lo hago´.

Y encima da mucho curro. Un ejemplo, este sábado, Luigi y yo pasaremos el sábado haciendo cajas. Pero lo hacemos con ilusión. Y generar amistades con personas que viven esto con la misma ilusión. Eso es muy bonito. Generar vínculos sociales.

El otro día fui a un show sentado de screamo, y no me gustó nada lo que vi. La peña sin moverse bebiendo vino blanco en una mesa

-Entrando ya en tu faceta como músico y más en particular en Svdestada, he observado que habéis ido consiguiendo hitos con vuestro último trabajo como por ejemplo grabar en Kollapse o salir en la MondoSonoro. Por ello me gustaría saber qué cosas positivas os ha traído la pandemia a la banda.

A mí personalmente me dio la oportunidad de hacer ´Azabache´, que creo sinceramente que es mi techo artístico. Piensa que nosotros somos muy boomers, nunca había compuesto de forma online, no tenía tarjeta de sonido… Éramos bichos de local. Vieja escuela. A raíz de todo esto, me puse con software a editar y a dedicarle horas a mejorar el sonido. Y cuando acabamos el proceso, quedamos muy satisfechos con el resultado.

-El disco es muy bueno. Noto que hay mucha paciencia en él.

Tiene muchísimo mimo. Todos los detalles están pensados al máximo. En lo que llevo haciendo música, es mi masterpiece personal. Aunque estoy también muy orgulloso con lo que estoy haciendo con HOY ES SIEMPRE TODAVÍA. Piensa que ahí comparto tiempo con maquinones. Grabamos con Carlos Santos en Ourense y nuestro batería grabó todo en una mañana.

-Para finalizar, y con ganas de charlar más, me gustaría saber más a cerca de tu postura sobre la plataforma TWITCH.

Soy muy crítico. Quizá porque me pilla viejo. No logro comprenderlo.

-¿No crees que tiene su utilidad? Por ejemplo, el dar conciertos en streaming…

Todo eso lo veo contrario a la cultura de la colectividad. Ver bolos por Twitch, ¿qué significa? ¿Todos mirando desde la comodidad que da el hogar?.

-Ya que sacas el tema del directo, y perdona que te corte, ¿Cuándo crees que volverán a ser como antes?.

¡Uff!.No lo sé. Tengo cerradas fechas para Octubre, pero no lo sé. Pero espero que pronto, porque está siendo todo muy triste. El otro día fui a un show sentado de screamo, y no me gustó nada lo que vi. La peña sin moverse bebiendo vino blanco en una mesa. Eso no tiene nada que ver con la esencia. No es Hardcore Punk.

–Yo todavía no he ido a ningún bolo desde que empezó la pandemia. Tengo que reconocer que antes tampoco era de los que estaba todo el rato en el mosh dando hostias, no era así. Pero claro, el hecho de estar controlado sin tener libertad de movimientos, me echa para atrás. Aunque entiendo que el ir es mostrar apoyo a los promotores y grupos que están esforzándose por mantener la llama viva.

Claro. La filosofía del Hardcore-Punk no va de la mano de las reglas. En Svdestada disfruto más en lugares perdidos tocando a ras de suelo. Recuerdo en el CSA La Esquirla en Miranda del Ebro, que uno de los organizadores sacó una bengala en medio del show. Eso es lo que me va. Y siendo sincero, pensé que la pandemia iba a generar una escena en la clandestinidad. Tenía esa esperanza. Pero creo que no surgió en parte por lo que hablamos de Twitch. La gente se ha conformado con ver las cosas a través de una pantalla. Todo lo digital tiende a ser un somnífero. Nos hace conformarnos.