*Reseña clásica* BOXCAR RACER

Editado en 2002 por Geffen Records, en un momento en el que el género Punk Pop era super-ventas, este larga duración quiso ser esa válvula de escape que siempre parece suponer ser un proyecto paralelo.

Opinión: dicen que fue el principio del fin. Mi opinión es que aquí hay más de un puñado de buenas canciones, que la batería tiene el sonido que tiene que tener y que ´Elevator´ es el tema que deberían haber creado BLINK – 182 en el disco homónimo y que no luego no supieron hacer.

este álbum pareció querer enviarnos un mensaje a leer entre líneas

Análisis: quizá para entender este LP haya que saber cual era el estado de las relaciones interpersonales de Tom, Travis y Mark. Y es que tras años de éxito masivo, la digestión parecía no ser del todo agradable. O por lo menos eso fue lo que nos dijo el paso de los días.

Por ello, este álbum pareció querer enviarnos un mensaje a leer entre líneas. La nueva dirección del trío californiano estaba en entredicho y el peso de Tom en la decisión a tomar solo se podía equilibrar con la aportación de Barker. Y que el batería decidiese emprender un proyecto paralelo con el señor Delongue hacía presagiar lo que sucedería en el futuro.

Pero entrando en harina, decir que este trabajo contiene buenos momentos que hacen que, casi dos décadas más tarde, tengamos sensaciones positivas al revisitarlo. Respaldado por un temazo ´(There Is´) y con más que aceptables pistas como ´I Feel So´, ´Watch The World´, ´Letters to God´, ´Cat Like Thief´ (con Tim Amstrong) y la mencionada ´Elevator´. Nos transmiten y emocionan a partes iguales. Y es que, como ya demostró Kurt Cobain en el famoso ´Unplugged In New York´, una voz que sabe hablar directamente al corazón mientras el acompañamiento se muestra en un suave segundo plano, puede ser muy efectiva.

Conclusión: la nostalgia es bonita pero traicionera. Si eres un fan de la primera etapa de Blink-182 (previa a su hiato), disfrutarás al escuchar esta obra. Lo que pudo haber sido y no fue. Con una producción clara y concisa. Y sí, aunque soy un claro defensor de la etapa con Matt Skiba, hay que reconocer que la esencia desapareció. Pero bueno, picha la doce y olvida las penas por un instante.

NOTA: 7´5/10