resurrection fest slipknot

Al César lo que es del César. Si Corey Taylor lo clava, se dice y punto. Con numerosos guiños a la familia, (girar con Metallica es lo que tiene), con voces guturales
y melódicas, con manejo de los tiempos…
Un pero, no tocar Wait and Bleed. Otro pero, el volumen del Main Stage.


Slipknot, veinte años de su irrupción en la industria. De su disco homónimo. En este tiempo idas y venidas, pero manteniendo el estatus de grandes estrellas. Poco se habla en los festivales del encargado de la puesta en escena de los artistas. Del que le dice a ambos percusionistas que muevan la cabeza al unísono, del que instala un led rojo en el mástil de la guitarra. Y es que cuando hablamos de este tipo de conciertos, ese-a es el hombre-mujer clave.
De todas formas, al César lo que es del César. Si Corey Taylor lo clava, se dice y punto. Con numerosos guiños a la familia, (girar con Metallica es lo que tiene), con voces guturales y melódicas, con manejo de los tiempos…
Un pero, no tocar ´Wait and Bleed´. Otro pero, el volumen del Main Stage.


Resurrection parkway drive


Del resto de bolos, pues Converge a lo suyo, Venom Prison con un huracán a la cabeza, y Millencolin dando pena, una vez más. Arch Enemy promulgando su apuesta como reyes del Metal Melódico. Y Trivium, pues pese a tener todos los factores para triunfar, quedarse a medio camino como siempre. Sinceramente considero a esta formación una de las mejores
del género Metalcore, pero hay algún elemento que hace que sean considerados de segunda línea. Tuvieron una nueva oportunidad para reivindicarse y la han vuelto a desaprovechar. Y es que a mi modo de ver, en referencia a bandas internacionales, ha sido una jornada muy previsible. Sin el factor riesgo que otras propuestas como el Primavera
Sound sí tienen. Muy de ir a tiro fijo.

que el comentario se arraigue en la sociedad viveirense sea ´Con el Resu ganan cuatro´.


Como reflexión, decir que, pese a llevarse realizadas ya unas cuantas ediciones del evento, no sigue existiendo unanimidad en el apoyo de sus habitantes. Y eso hecho me hace pensar. Si analizamos su impacto económico y la ausencia de incidencias resaltables el resultado es contundente. Si metemos en la ecuación el descontento por parte del comercio minorista, la poca promoción al consumo intra-muros por parte de la organización, la falta de espacio para aparcar o el cierre parcial de la industria cercana al campo de Lavandeiras, hace que el comentario se arraigue en la sociedad viveirense sea ´Con el Resu ganan
cuatro´.



Desde mi punto de vista, asiduo a festivales de este tipo desde hace dos décadas, decir que es un orgullo que se celebre en mi pueblo. Pero, si existen quejas, quizá sea el momento de escucharlas y ver si entre todos los implicados se puede llegar a una solución.
De parte de los asistentes llegados de diversos rincones del continente, decir que la sensación que tengo es de gratitud. Que están contentos, aunque seguramente se pueda mejorar en que la experiencia de cliente sea mejor.
Y es que, si algo tengo claro, es que todos los que formamos parte de este rollo somos el Resurrection Fest.


NOTA: 7´5/10


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